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El termómetro de tu casa marca más de 30 grados e incluso con el aire acondicionado a tope no consigues refrescar tu casa. ¡No te preocupes, hoy te contamos paso a paso de manera fácil y sencilla unos trucos para refrescar tu hogar en verano sin hacer obras!

►Apaga el calor de forma tradicional

Por si no lo sabes todavía, los sistemas de toda la vida como ventiladores en el techo, los toldos junto a la elección de colores neutros como el blanco, o la colocación de plantas para aislar y por supuesto, cerrar persianas y ventanas no solo ayudan a refrescar la casa ya que son los métodos más efectivos, sino también reducen la factura de la luz, hasta un 5 % y bajar la temperatura de la casa unos cuantos grados.

¿Quieres saber cómo refrescar tu hogar en verano?, sigue leyendo

Aprovecha que guardas la ropa de invierno en el armario y utiliza el poder refrescante de textiles frescos como el lino o la gasa y coloca pequeñas telas bien situadas en sofás, camas, sillas y mesas.

Recuerda, cubrir los muebles que están en contacto de manera directa con el sol por dos motivos. La primera razón es para que no se estropee la madera de los muebles, y el segundo motivo es que gracias al poder de absorción de las telas y tejidos claros y suaves reducirás la temperatura en el ambiente.

►Ventila, pero de forma estratégica

Abrir ventanas y persianas y funciona, pero no por tener todo abierto hará menos calor. Selecciona las habitaciones que están de cara a la calle y abre sus ventanas ya que entrará más aire por las mismas.

Al mismo tiempo crea un pasillo interior de aire abriendo más las ventanas que dan a la calle y entornando aquellas que dan cara al patio de ventanas. De esta forma, la diferencia de temperatura que se crea entre ambas habitaciones aumenta el tráfico de aire y disminuye unos grados el aire interior al conseguir una corriente de aire fresco.

►Utiliza las plantas a tu favor

Colocar plantas en tu casa es un método muy eficaz para refrescar tu casa. Eso sí, debes elegir con cuidado dónde y cómo colocarlas para que no tengas problemas con el dióxido de carbono por la noche.

Otra cosa que debes tener en cuenta es regalarlas a primera hora de la mañana y de la noche para que se conserven en buen estado y cumplan su función. Mucha gente aprovecha y selecciona colocando plantas de temporada en su casa como los tomates para aliviar el calor, y de paso se pueda hacer una ensalada.

Un truco, coge un palé y colócalo de forma vertical colgado en el salón, o cerca del balcón. En el palé instala unas macetas con plantas acompañadas de un ventilador. De esta forma, conseguirás refrescar el ambiente y seguro que el olor te recordará a que estás en el campo.

Por otro lado, también puedes colocar una planta trepadora en un muro o en el balcón. Estas plantas ejercen como aislante natural al evitar que el calor y la luz penetre en la casa. Otra solución es optar por colocar macetas grandes al lado del sofá y el despacho.

El agua es tu aliada

Seguro que no se te ha ocurrido usar el agua como refrescante natural en tu casa. Una manera fácil de conseguirlo es instalando pequeñas figuras de adorno en forma de fuente.

Los amantes del estilo zen pueden aprovechar a colocar un Buda gigante en forma de fuente en la entrada de casa, en el salón, en la habitación, donde sea pero cambia el agua cada poco para que haga su efecto.

Utiliza la tecnología a tu favor

Compañías como Amazon y Google han creado unos asistentes de voz que te pueden ayudar. Si conectas a estos aparatos el encendido automático de ventiladores, persianas (en el caso de que las tengas con motor) o incluso el aire acondicionado y los programas para que se enciendan un par de horas antes de que llegues a casa tendrás la casa fresca.

Enfriar tu casa en verano sin obras es posible si recurres a remedios tradicionales como los ventiladores de techo. Son fáciles de colocar y no requieren ni una inversión demasiado grande ni hacer una obra en casa.

En el caso de que los instales recuerda dos cosas, la primera, regularlos un par de veces al año para que no te de problemas de mantenimiento, y la segunda, que en verano las aspas deben moverse en sentido contrario a las agujas del reloj para que el aire caliente suba y el fresco baje.

En invierno, debe ser al revés para que el aire caliente no se acumule en el techo y se mueva por la habitación.

La tecnología, en especial, los electrodomésticos y ordenadores originan mucho calor. Para evitar un efecto contagio en tu casa pon a funcionar los aparatos por la noche para no acumular más calor en la casa.

Evita usar el horno y aparatos como la campana extractora ya que origina ruido y calor. Opta por recetas frías o en todo caso no cocines en las horas de calor, en especial, al mediodía.

►Friega el suelo con frecuencia

Uno de los trucos que usaban nuestros abuelos para evitar el calor era baldear los suelos y las aceras para refrescar la temperatura de la calle y de la casa. Haz lo mismo, pero por partes. Así matas dos pájaros de un tiro, aprovechas para limpiar la casa, los pasillos y las habitaciones y por otro bajas la temperatura.

El aire acondicionado

Sin duda el aire acondicionado es el sistema favorito de mucha gente ya que no se quieren complicar demasiado la vida buscando alternativas para enfriar su casa en verano sin obras.

El problema es que mucha gente evita encender o instalar el aire acondicionado para ahorrar dinero y mantenimiento. Y es que al llegar cada verano es necesario revisar el sistema de aire acondicionado para que funcione correctamente.

Nuestro consejo es que compruebes el buen estado de tu equipo antes de la llegada de las altas temperaturas para evitar problemas, así te evitas que funcione y evitar el calor. En el caso de que vayas a tu casa de verano, siempre nos podrás llamar un sábado para revisarlo y es el calor no espera al fin de semana.

¡Esperamos que estos consejos te ayuden a combatir el calor! Y en el caso de que no te funcionen o si no soportas el calor no dudes en llamarnos, nuestros técnicos revisaran tu casa cualquier día de la semana, pero lo mejor de todo es que es con un presupuesto fijo y sin sorpresas.

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